Roque de Pablo opina-entrevista Emily Anderson - 01.12.2007 04:54
REPORTAJE A ROQUE DE PABLO EN PARAGUAY* Hace algún tiempo, leímos por Internet un reportaje a Roque de Pablo, posiblemente había sido hecho en Buenos Aires, luego algunos escritos, opiniones y su paso por Bolivia. Actualmente reside en Paraguay, su país natal y desde allí, después de mucho tiempo, se decidió a hablar sobre algunos temas que seguramente desatarán nuevamente la polémica. Escritor, cantautor, es un personaje muy influyente sobre la opinión de algunos políticos, intelectuales, y estudiantes de América y Europa. R.: ¿Cómo te sientes en Paraguay? R. D. P.: En Paraguay estoy cómodo, caminó por las calles, viajo, hablo con la gente en guaraní, leo, compro libros, escalo subidas (Asunción está edificado sobre colinas, como Roma), tomo tereré que es nuestra bebida por excelencia, escribo, observo, aprendo, me deslumbro y horrorizo, opino, me divierto, juego, canto, hago lo que cualquier ser humano, ni más ni menos. R.: ¿Cómo fue tu paso por Bolivia? R. D. P.: No fueron pasos, fue una maratón (risas). Fue una experiencia diría imprescindible. Bolivia es un universo de culturas, creencias e ideologías, con un campesinado altamente politizado, muy golpeado por la pobreza; con una oligarquía local monárquica muy colonizada, una pequeña sociedad cerrada, fundada en el culto del poder económico, político y religioso, que poseía el 95% del todo social, en detrimento de la inmensa mayoría empobrecida y marginada de los medios de decisión. Un lugar cerrado, donde era palpable el realismo social de la desesperanza, construido desde la estigmatización y el marginamiento, en síntesis, una sociedad apaleada llena de moretones. Bueno, a grandes rasgos, esa fue la Bolivia que percibí cuando llegue, así es que fui describiendo una realidad que empezaba a ser la mía, porque mi conciencia empezó estructurar ese mundo y a estructurar respuestas. Bolivia era una ilusión óptica, un lugar que escupía a su gente a los países periféricos, como mano de obra barata, o chivos expiatorios, por donde la discriminación y el racismo emergían para la autoafirmación de gente con escasa pigmentación. Una ilusión óptica con paisajes exóticos, droga barata, aventuras con escaso riesgo, y bajo costo. Imagínese usted, que en este panorama, el silencio era la mejor opción; por otra parte, digamos que no estaba ubicado en el mejor lugar para lanzar opiniones, ya que el oriente boliviano (Santa Cruz), es cuna y bastión de las ideas más retrógradas de ésta minoría de la cual le hablaba, pero aún así, ese pequeño mundo estaba rodeado de excluidos, hermosas personas que soñaban (y sueñan) con un espacio de igualdad. Ellos me dieron voz y hablé por ellos, y claro, fíjese usted, estoy diciendo a hablar, dialogar, compartir, intercambiar. Las palabras de las cuales hablamos, hablaban de no violencia; las palabras que dijimos, decían que había que curar las heridas; las palabras decían cosas sobre la conciencia, sobre ponerse de pie. Y lo que dijimos, lo fuimos diciendo en muchos lugares, allá lejos en los campos, en medio de los montes, en las ciudades. Se armaban así esas hermosas juntaderas de dialogantes, de escuchantes, donde todos fuimos aprendices. Y también se cantaba en esos juntes, imaginate el colorido que da la alegría del diálogo, el fuego de los fogones y las voces, eso era la subversión de las palabras, la culminación del silencio, empezaba la gente a montarse en un corcel llamado futuro, y a cabalgar sobre él, las palabras decían y el futuro se abría. R.: Y la acusación de secta, ¿cómo salió? R.D.P.: Bueno, primero, habría que aclarar el sentido etimológico de la palabra secta, y en ella está la respuesta a esa falacia elemental, utilizada como artilugio y fundamento de una persecución política. Nosotros nunca hablamos de una determinada creencia religiosa, si hablamos de la fe interna, de la religiosidad social. Nosotros nunca le presentamos a la gente ningún Dios, si instamos a buscar dentro de las propias experiencias, la propia fe, la propia religiosidad, y fundamentalmente, hacer todo lo posible para librarse del oscurantismo de las religiones externas. Dijimos que la fe y la religiosidad social nos ponen en situación de religarnos, como personas y como pueblo. Dijimos que era posible utilizar la fuerza de la fe como herramienta liberadora y elemento fundamental para reconstruir el tejido social y que para ello habría que poner fe en el ser humano, en sus posibilidades de emerger de la sordidez y la barbarie de la que habían sido víctimas. Hablamos del ser humano como valor central y que a futuro nada tendría que estar por encima del ser humano. No me compete a mi, andar haciendo marketing a dios o dioses, en todo caso, mis energías están puestas en lo humano, que creo firmemente es un milagro del universo y en muchos casos hace a sus dioses a su imagen y semejanza y eso ya corresponde al mundo de la privacidad interna de cada ser humano, no creo digno imponer ninguna creencia a otros. Esta cuestión de las acusaciones, evidentemente apuntaban a deslegitimizar nuestras ideas y pensamientos, pero en sí mismas carecían de fundamento y solamente fueron para alimentar a la platea aterrorizada de claques, y no buscaban otra cosa que alimentar su morbo, para mi gusto, poco inteligente la jugada, además de inoportuna y anacrónica, abundaron en gestos repetidos y lugares comunes, así pusieron en evidencia la amplitud y profundidad del fraude. Recuerdo que uno de los argumentos esgrimidos era que éramos efectivamente una secta, porque creíamos en el amor libre, a tal afirmación de un intelectual cruceño, se respondió con una pregunta ¿acaso se puede amar de otro modo que no sea libremente? De todas maneras, fue muy gracioso esto de la secta, porque nos dio la medida de nuestros adversarios, que por otra parte, al intentar satanizar nuestra actividad social, publicando en sus periódicos, y poniendo en consideración de los señores de la ley (poder judicial) nuestras ideas, no hicieron más que propagandizarlas, cosa que nosotros no podríamos haber hecho, ya que carecíamos de recursos. Así es que los amigos se multiplicaron y se expandieron por todo el país, tomando forma de distintas organizaciones, pero con un mismo espíritu. Les agradecemos profundamente la gran ayuda prestada, y les deseamos "buena vida". Todo lo demás es historia conocida, mis amigos y compañeros bolivianos están construyendo un nuevo contrato social y yo puedo ver en ese pueblo un "Nuevo Amanecer". R.: ¿Cómo ves la política latinoamericana hoy? R.D.P.: Yo creo que hay una política mundial sometida a los vaivenes economicistas, y a los intereses de las trasnacionales; también creo que los gobiernos no gobiernan, gobiernan las corporaciones, o mejor dicho, los grupos del poder real, que están ocultos detrás de toda la maquinaria, detrás de todo el armatoste están los que gobiernan, los presidentes son títeres del poder real oculto. De todas maneras, hay en América una corriente emancipadora que trata de desterrar el poder colonial, que está cobrando fuerza, desde un espíritu de rechazo a los planes de saqueo de América. Esto obedece claramente, por supuesto, a la toma de conciencia de los pueblos, también responde a la necesidad directa de preservar los recursos estratégicos, que es la única garantía de supervivencia a futuro. La necesidad se impone en las nuevas políticas, es aún lento el viraje, ya que los antiguos vicios que dejó el coloniaje siguen vigentes en los sectores conservadores, donde el poder económico trasunta en poder político y, ciertamente el resultado es una democracia formal, maniatada por convenios leoninos que habilitan el saqueo de los recursos estratégicos y expulsan al marginamiento a vastos sectores sociales. Por su parte, las oposiciones no dejan de tener los mismos rasgos, aunque algunos luzcan un maquillaje reformista, con una ingeniería verbal que pretende instalar ficciones en la realidad. Cuando se habla de “escenario político”, “actores políticos”, en realidad, se habla de actuaciones teatrales en la política, se habla de la ficción que se instala en el accionar político, como estrategia para reinstalar las políticas zigzagueantes que convierten a estas democracias en sospechosas. La democracia está sospechada porque se construye sobre la base de ficciones y realidades perversas, la izquierda ecuménica aun está enfrascada en rescatar los fragmentos de lo que alguna vez fue un buen intento, hoy se ve a sí misma en retirada, pero sigue luchando desde la retaguardia, con discursos épicos moralizantes cargados de barroquismo político, siempre con la mirada crítica, pero a la vez desconcertada frente a una realidad que parece haberla desestimado como opción. Se hace evidente también, el surgimiento de sectores progresistas, de los cuales hablaba al principio, un fenómeno social que nace de los movimientos sociales, por fuera de lo formalmente establecido en las ortodoxias de la izquierda tradicional, en todo el planeta, inclusive en Estados Unidos y Europa surgen movimientos como los antiglobalización, ecológicos, etc., que van poniendo freno a la voracidad economicista y devela al neo-liberalismo, como la última encarnación del capitalismo vacío de contenido, pero de formas muy sensuales para los cipayos vernáculos acostumbrados a sucumbir ante los coqueteos y los cantos de sirenas de los imperios. Paralelamente, el sistema recurre a un sistema de respuestas ya conocido, recurre al ataque violento, aniquila poblaciones enteras, construye campos de exterminio, campos de concentración y tortura, instala bases militares, recurre al amedrentamiento, al terrorismo, y trata de dar golpes de mano, planean transformaciones y recogen ruinas. Este proceso de retroceso engendra varios monstruos conocidos, el resurgimiento neo-nazi, la resurrección del fascismo, el paramilitarismo creciente, todo adornado con nuevos eufemismos para las viejas formas, como los hoy llamados “neocons”, además, las nuevas formas de alienación a través de las drogas, etc., etc., etc., al parecer, la homogeneización de la locura convalida las atrocidades y van por más. Solo resta mantenerse despiertos frente a esta pesadilla y caminar hacia un “Nuevo Amanecer”. R.: ¿Cuál es el panorama en Paraguay? R.D.P.: El Paraguay es un pequeño país mediterráneo, un país isla, una isla de corsarios, aquí vive el pirata mala pata, una cultura bastante homogénea, u homogeneizada por 35 años de dictadura, un partido casi único, un feudo paternalista con características abandónicas. Históricamente, aquí se le ha dado valor a la cultura de la ignorancia, revalorizando la funcionalidad al partido gobernante, que con un discurso populista y un accionar prebendario, ha envilecido a la base social; hoy por hoy, hasta el último eslabón institucional padece la enfermedad que produce el virus de la corrupción. Dentro de este panorama, ya no se elige ni siquiera al menos peor de los males, la herencia dogmática del partidismo, engendrada por el dictador, sigue vivo y chorrea pus en todo el cuerpo social, no existe sofisticación para el engaño (no hace falta), la impunidad garantizada por el Estado, hace posible las convivencias sórdidas, en un marco de perversión permanente. Dentro de este juego de perversión, Paraguay expulsa a sus habitantes y los exporta como mano de obra esclava, a países de la periferia o Europa. Paraguay es uno de los proveedores que alimenta el neo-esclavismo en el mundo. Pero el partido gobernante no está solo, tiene a su co-equiper, que convalida sus políticas desde la connivencia en el poder, el Partido Liberal es la oposición que da justificación y legitima esta democracia formal. Sin embargo, hace algún tiempo, se viene escuchando algunas voces apenas audibles, dentro de la inmovilidad producida por las repetidas frustraciones sociales, y otra vez se repite el esquema, pequeños movimientos nacidos fuera de juego de la incipiente izquierda (que en muchos aspectos también es funcional al sistema), empiezan a articularse y a ganar en inteligencia social y en estructuración de un nuevo tipo de movimiento, donde escapar a las palabrerías redundantes y la metodología catequizadora de las izquierdas y sus ortodoxias anacrónicas, que siguen practicando un conjunto de rituales para exorcizar al capitalismo, (para esto han canonizado a varios personajes de la épica izquierdosa). Es interesante ver cómo estos movimientos embrionarios han sustituido los duelos verbales por el diálogo y las utopías por el pragmatismo que construye proyectos viendo la totalidad y su inmensa complejidad. El Paraguay se tendrá que ir construyendo desde la transformación cultural en la base social, y desde un progresismo sin dogmas, que apunte a la convergencia de las diversidades. Creo firmemente, que Paraguay puede mostrar que debajo de la pobreza a la que los lanzaron sus caudillos, existe una riqueza cultural profundamente espiritual que se manifiesta en el mundo, por supuesto, aportaré mi granito de luz para que veamos sin miedo al futuro, este “Nuevo Amanecer”. R.: El arte y la cultura, ¿cómo se expresan en esta realidad? R.D.P.: Habría que separar lo que es producción artística, de lo que es cultura en general. La Cultura es amplia y profunda y se expresa como identidad de los pueblos, y el Arte es el emergente dinámico de esa Cultura. La producción artística representa una parte de la cultura de un pueblo, algo así como parte de un rompecabezas, un algo que forma parte de un todo y que expresa esa parte. Es inmensa la cultura del planeta, es un universo bello, inabarcable, imagínense, la cultura inca, sumeria, sioux, guaraní, la cultura china, tibetana, judía, islámica, cristiana, imagínese los miles de millones de conocimientos, sabiduría, expresiones artísticas. El ser humano, lo repito, es un milagro del universo, podemos ser expresión del todo, de la nada, de lo limitado e infinito, la belleza y el horror están en lucha en nosotros. Creo que la belleza y la evolución ganarán la guerra, tengo fe en el ser humano, creo que su destino es la luz, y creo que el arte es una mínima expresión de toda la belleza humana. La cultura es un gran tesoro en un baúl, donde fuimos guardando las más bellas construcciones humanas. Y de ahí sacamos alguna joya que transmuta en obra artística, en regalo que hacemos a nuestros hermanos semejantes. Podría hablar de la historia del arte de alguna cultura, pero eso está en los manuales, en Internet, no importa tanto la descripción técnica o histórica, importan los registros que transmiten una manifestación artística, importa el sentimiento y la elevación que produce el hecho artístico. Sin dudas hay que buscar en las preguntas el origen de las respuestas, la búsqueda incesante de articulaciones positivas, marcan la orientación de un arte a favor de la vida y evolución de la vida, el arte no detiene las guerras, no cura las heridas abiertas, pero puede ayudar a cambiar la mirada sobre la vida y repensar la vida que merece ser vivida. La cultura de cada pueblo provee la materia prima para la creación del milagro artístico, sería importante que los niños, desde temprana edad, pudieran tomar contacto con estos elementos y las herramientas de producción artística. Sería importante, sentir que cada persona posee la posibilidad explorar en este Arcón de valiosos tesoros, y tomar las valiosas joyas, para convertirse en alquimista y así transmutarlos en hechos y producción artística. También en el arte y la cultura habrá un "Nuevo Amanecer". *Reportaje: Dany Singerman (Israel) Stella Piazza (Italia) |