Los Delitos y la Cómplicidad Manueleme - 10.06.2008 17:52
Qué clase de prensa tenemos? Prensa agachada por Alberto Aguirre Monday, Jun. 09, 2008 at 3:48 PM Indymedia Colombia, Martes 10 de Junio. Dice El Tiempo (29 de mayo), en escueta noticia de página interior: “Cinco cadáveres hallados anoche en las afueras de Bogotá”. Y da brevísimos datos de referencia: estaban en un camino veredal del municipio de San Antonio de Tequendama, uno de los muertos era ingeniero, los cinco parecían habitantes de la capital, vestían chaquetas, sacos e indumentaria de clima frío, las autoridades investigan un Renault 21 de color blanco, propiedad de una de las víctimas, no estaban amordazados, tenían entre 30 y 40 años de edad, todos portaban documentos, las autoridades estuvieron investigando en la zona hasta las cuatro de la mañana. La noticia es portentosa. (Así define el DRAE este vocablo: “Cualquier cosa acción o suceso que, por exceder de lo corriente o conocido, causa admiración o temor”). Claro que aquí matan a porrillo y por fruslerías, pero que aparezcan juntos cinco cachacos asesinados y tirados en una zanja, juntos y en las afueras de la capital de la República, es hecho portentoso, que causa, quizás, admiración, pero que en todo caso causa temor. Están matando muy fácil y sin que las autoridades se den cuenta. Pon tu barba a remojar. La noticia que publicó El Espectador fue aún más escueta: no más de 18 líneas. Y ningún otro de los diarios nacionales la publicó. La sordina que pusieron aquellos, estos la volvieron mudez. Tampoco dijeron nada sobre los cinco cadáveres de San Antonio de Tequendama los grandes medios de la radio, en especial la Doble W de Julito, que es tan dicharachero y en tantos idiomas. Dígase de una vez que el silencio de la prensa equivale a complicidad. No se volvió a saber nada de los cinco muertos de la zanja del Tequendama. No se dio ninguna otra referencia del crimen. Tampoco se dijo el nombre de las víctimas. ¿Se sabrá el de los victimarios?. Es evidente la intención de ocultar el hecho, o de ponerle sordina: dar apenas noticias escuetas, que no revelan la entera situación. Todo indica que los medios le están haciendo el juego al gobierno, para que noticia tan portentosa no trascienda al público en su dimensión total y en su total gravedad. El gobierno quiere mantener la falacia de la “seguridad democrática”, y es obvio que donde matan cinco y los tiran a una cañada, no hay seguridad, ni democrática ni aristocrática. Ocultando los crímenes más portentosos, y acomodando las estadísticas, el gobierno puede pavonearse en los estratos internacionales cantando la palinodia de la “seguridad democrática”, sin correr el riesgo de que algún funcionario foráneo le pregunte: “¿Y los cinco muertos de la zanja del Tequendama?”. La prensa se ha convertido en palafrenero del Poder, y lo hace impúdicamente. La esposa del Presidente de la República ha entrado a formar parte, como periodista, de la Doble W, y ya es integrante de la mesa de trabajo en la sección “La hora del regreso”. Objetivamente se establece, para múltiples efectos, un contubernio entre prensa y poder. El llamado proyecto “Excelencia en periodismo”, que dirige y orienta la Escuela de Periodismo de Columbia University (Estados Unidos) ha establecido, luego de consulta con diversos personajes, los nueve principios cardinales del periodismo, a los cuales ha de ceñirse todo practicante del oficio. Dice el Primero: “La primera obligación del periodismo es con la verdad”. Por encima de todo, la verdad, pero no como entelequia filosófica, sino como verdad concreta emanada de cada hecho o conjunto de hechos. Segundo: “Su lealtad fundamental es con los ciudadanos”, no con los gobernantes y menos aún con los empresarios. Cuarto: “Quienes practican el periodismo han de mantener total independencia hacia aquellos que cubren”. Y el punto 5: “El periodista debe servir como monitor independiente del Poder”. Porque en las verdaderas democracias, donde hay verdadera prensa independiente, el oficio de ésta consiste en controlar el Poder, señalando sus vicios y sus fallas, pero aquí los periodistas se convierten en bafles del poder, agachados y de obediencia mecánica. Habrá que volver a estos mandamientos. Hoy se cierra con éste: “Mantener las noticias en su proporción, sin dejar afuera hechos importantes, es otro de los requisitos de la verdad”. © Cromos E-Mail: manueleme@lycos.es |